Cuando en los gobiernos de derecha no aceptan los reclamos populares, sacan a la policía a la calle a reprimir.
Desde hace más de tres semanas, miles se reúnen día a día en la Plaza Italia, que ha sido rebautizada como “Plaza de la Dignidad”, donde los manifestantes piden reformas estructurales en Chile como el cambio de la desigual social y la precariedad de las pensiones, que reduzcan los encarecidos precios de la salud, la electricidad, la educación, el transporte o los bienes de consumo.

Como es ya una costumbre, la plaza Italia es el epicentro de los reclamos, contra el régimen neoliberal de Piñera. Las marchas cuando se quieren acercar al Palacio de la Moneda, la policía reprime brutalmente, echo sin precedentes en tiempos de democracia.
A tres semanas de un estallido sin precedentes y en medio de una multitudinaria marcha que se desarrollaba de forma pacífica, comenzó a incendiarse la sede de la privada Universidad Pedro de Valdivia, que alberga las oficinas de la rectoría de la institución.
La casa patrimonial, construida en 1915, comenzó a arder por el techo, cuando manifestantes se enfrentaban con carabineros antimotines y habían encendido barricadas en los alrededores. Lo primero que se vio arder fue el techo de madera de la edificación.
Los manifestantes habían rebautizado la plaza de la concentración con un enorme lienzo llamándola “Plaza de la Dignidad”.

Al caer la tarde, una marea de manifestantes inundaba -por tercer viernes seguido- las dos calzadas de la avenida Alameda para avanzar hacia la Plaza Italia, portando banderas chilenas, silbatos y máscaras de distintos personajes junto a carteles con mensajes contra el gobierno de Sebastián Piñera.
Al pasar por el frente del palacio presidencial, los manifestantes entonaron lemas en contra del mandatario, reclamaron su renuncia e insultaron a los policías que resguardaban el edificio.

“Vine para derribar mitos de que estas son protestas violentas”,dijo, un estudiante de 27 años, que asistió a la convocatoria de esta gran marcha que se hizo por redes sociales tras escuchar el jueves el último mensaje del presidente, que anunció nuevas medidas de seguridad en un intento por solventar esta crisis como un tema de desorden público.
“El último mensaje de Piñera de ayer fue una abierta provocación, no entiende nada”, agregó.
El mandatario endureció el tono frente al orden público pero no dio ningún anuncio social para responder al reclamo de las calles en busca de mejores pensiones, salud o educación, los principales temas que convocan a los chilenos para seguir manifestándose a pesar del cansancio tras casi 22 días en las calles.
En ciudades como Viña del Mar se registraban violentos enfrentamientos con la policía y se levantaron barricadas en el centro de la ciudad.
El mandatario chileno sigue sin entender nada de lo que el pueblo está exigiendo, y lo que única respuesta que tiene es la represión.